domingo, 27 de junio de 2010

una nota de reflexión para el C3

En otro ámbito de trabajo y reflexión (www.q-gov.blogspot.com), como éste generado por la presencia activa de nuestras capacidades al servicio del espacio-tiempo del gobierno, señalé -sin innovar por ello, pero expresando en lo "particular-concreto", el principio "universal-abstracto"-, que el Cambio Climático en tanto transformación de paradigma, se encontraba al origen de esa concepción de Gobierno Cuántico que en el sitio recién mencionado definíamos como una nueva "teoría de campo". Precisamente por tratarse de una forma completamente nueva de percibir (y organizar las relaciones en el Gobierno), aunque este pequeño texto tiene otro objeto, señalaré brevemente que la confluencia de e-gov, el cambio cultural que está produciendo y la generación de cuerpos legales que tratan de ordenar esa realidad, generan en nuestra opinión la necesidad de identificar desde (y con) una nueva óptica, ese nuevo sistema de relaciones que llamamos Gobierno Cuántico (q-gov) y que al identificar, reconocemos socialmente.

El cambio Climático se encuentra al origen de la conceptualización del q-gov, básicamente porque ha puesto en presencia de las conciencias humanas, la realidad de una manera completamente nueva, aunque basada en los criterios científicos que poseemos, de entender que la naturaleza es una parte de nuestra actividad humana.

Hecha esta observación de contenido, paso a mi nota. Y es que es cierto que las cosas están cambiando y de maneras que no siempre son claramente identificables. Si creo que estamos desarrollando una capacidad enorme de intuición y que parte importante de la comprensión que antes lográbamos a través de la racionalidad, ahora se logra por medio de sistemas cognitivos más "inmediatos". Sin duda que la saturación de imágenes en movimiento que pueblan nuestro imaginario (como lo señala G. Durand), tiene que estar a la base de ello, y así, es mi parecer que nos damos cuenta de los cambios, los percibimos, pero no logramos llevarlos plenamente a la conciencia y así, perdemos la certeza de haber podido transmitirlos.

De allí que haya querido referirme brevemente aquí, a las condiciones de nuestro grupo de trabajo por Conciencia de Cambio Climático (C3). En efecto, desde el año pasado que configuramos un equipo que busca transformar la data científica disponible en concreciones metodológicas que nos permitan transformar la evidencia teórica (¡y cuán duramente práctica, por otra parte!...) en productos incorporables a los "términos de referencia" de nuestros estudios de embalses de riego y así poder traspasarlos concretamente hacia otros sectores de la sociedad y contribuir a los procesos de mitigación y adaptación a los fenómenos de Cambio Climático que vivimos y que se irán haciendo cada vez más visibles y dramáticos.

Nuestros avances han sido notables y hemos logrado validar una metodología de incorporación de las variables de pluviometría y recurso hídrico en un cauce específico, en Chile, en el cual proyectamos un embalse, incorporando además las variables de Cambio Climático de que se dispone en nuestro país. Ello no sólo ha significado lectura e investigación de nuestro equipo, sino que también hemos invitado a científicos de otros lugares a compartir su experiencia con nosotros, hemos cotejado y retroalimentado los avances respectivos y mantenemos contacto fluido con investigadores del país y del extranjero. No obstante, ello ocurre sin que hayamos hasta ahora logrado autentificar plenamente nuestra actividad investigativa al interior de la institución. Por cierto -y tal como lo señalamos-, ello no quiere decir que estemos navegando "contra la corriente" y que no avancemos, sino que mayores niveles de reconocimiento y atención debiéramos tener.

Por otra parte, ésto no parece sino reproducir a un nivel particular, lo mismo que está ocurriendo a nivel nacional y dónde bien puede ser que -tal como análisis internacionales lo demuestran-, se deba a la política si no errónea, inadecuada a las transformaciones que como decimos está producieno el fenómeno de Cambio Climático, consistente en "centralizar" lasdecisiones al respecto a nivel ministerial (de otro ministerio) y así tender a impedir los imprescindibles desarrollos autónomos por área.

La ya recurrida opinión que nuestro país sólo produce el 2% de las emisiones de GEI y que por ello no correspondería tomar "demasiado en serio", el Cacli, se contradice brutalmente con los efectos que como quiere que fuere sufriremos como país y con los estudios (WB)que señalan inequívocamente que el dinero que no se "invierta" ahora en tareas de prevención y mitigación, se multiplicará exponencialmente para paliar los efectos de lo que entonces ocurrirá. Pero éste corto placismo, encuentra aún en el ámbito de los negocios, un correlato que debiera ser objeto de consideración política y reevaluación, ya que los compromisos de intercambio comercial establecidos por nuestra entrada en la OCDE, ya implican contemplar el costo asociado de nuestros productos a la Huella de Carbono, en algunos casos a la Huella Hídrica y pronto seguramente, a la Huella Ecológica, que las incorpore ambas, y a la biodiversidad.

En éste sentido, resulta además curioso que estuviéremos desaprovechando las posibilidades de optar a canales abundantes de financiamiento para la investigación aplicada, como los que se abren recientemente con el Copenhaguen Accord.

Nuestra labor continúa, y avanzamos, pero ya es tiempo que más que seguir trabajando en nuestras propias dinámicas, establezcamos con claridad el valor científico de las determinaciones y los reales alcances del Cambio Climático, más allá del C3 y generemos las conciencias que se requieren para tomar decisiones coordinadas, que permitan enfrentar con provecho para todos, el mundo de transformaciones en que nos encontramos.

viernes, 11 de junio de 2010